A la vuelta de Perséfone

                   

A la vuelta de Perséfone


Tiernas hojas vernales
suceden a los lóbregos inviernos
y conquistan, vitales
amarronados cuernos
que soportaron gélidos avernos.

Son pistas de color
que batallan al gris y al blanquinegro
por que vuelva el ardor,
por que perezca el negro,
y los hielos nos paguen su reintegro.

Débiles son aún,
pues sus fuerzas se están aglomerando;
mas ya les es común
que les vaya costando
en un inicio y acabar triunfando.

¡Valentía, soldados!
¡Derrotad a las huestes de las nieves
y volved consagrados
por las mundanas plebes
y traednos calor y brisas leves!






Comentarios