Blancanieves
Pues, hoy he conocido a Blancanieves.
La esperaba europea, lo confieso.
No obstante, no era así, no; no era eso,
pues tenía unos ojos harto leves.
De blanco iba, con azules breves
que habían por contraste un negro e ileso
cabello, de que no había un exceso,
que luchaba valiente con las nieves.
Sostenía un teléfono adornado
con orejas de gato color crema,
como lo era su bolso amarillado.
Sus zapatos celestes, ¡qué anatema
que no fueran también de ardor tintados
como sus labios, dos rubíes gema!
Comentarios
Publicar un comentario