Gaia y Urano
Despertando del sueño, que es la plaga,
resplandecen los tonos de Natura;
por Sol en reluciente sepultura
atraviesan mis ojos como daga.
Alabada mujer, arcana maga,
errante por lo vasto en su hermosura,
que nos regala vellos de verdura
que tornan penas en memoria vaga.
Y, encima de tu verde, tu marido
con lágrimas de blanco correderas
abarca el infinito conocido.
Él, no como tus vistas pasajeras,
se mantiene constantemente erguido,
rey de todas las incontables eras.
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