La cara visible del tiempo, o Rima IV
¿Porqué es que voláis
aviones del campo,
copos no de nieve,
algodones blancos?
¿De dónde salís?
Otro día, en vano,
pues no os iba a ver,
habríaos buscado.
Repentinamente
me habéis emboscado,
y habéis invadido
el ambiente llano.
¿De dónde salís?
Y, ¿para qué lado
tan rápidamente
os habéis marchado?
No me ha dado tiempo
(que, también volando,
huye con vosotros)
a bien disfrutaros.
¿Será que hoy el tiempo,
en afán insano
quiso ser visible
a nuestro ojo humano?
¿Sois vosotras, flores
blancas de verano,
un recordatorio
del temporal paso?
No sé qué decir.
Quizás sea el caso,
pues ambos voláis
fugaces y rápidos.
Tal vez sea así,
pues raro es el caso
en que uno es capaz
de al vivir notaros.
Y, si sois el tiempo
visibilizado,
¿podréis responder
a lo preguntado?
¿De dónde salís?
Y ¿Adónde, volando
os marcháis deprisa?
¡Sed quietas un rato!
¡No me huyáis, maestras!
Corréis hacia el vasto
e infinito sur:
os habéis fugado.
No es culpa del tren
ni del viento airado,
muy conscientemente
os habéis marchado.
Y, tras vuestra huida
quedo yo dejado
atrás, sin respuestas
y mucho dudando.
Comentarios
Publicar un comentario