A los pentadecasílabos

                                          

A los pentadecasílabos


Aun siendo que en el verso no hay una mejor manera,
y versos hay millones, sean en sílabas o en pies;
opino que uno de ellos, en usándolo después
que al resto de los otros, hizo merecer la espera.

Natural es el verso cual la verde primavera,
mas nobles, pueblo y clero lo han cultivado los tres;
su forma es, de primeras, un imprevisto revés
que, no obstante, al oído es tonada placentera.

Las sílabas son quince; de a siete y de a ocho a veces,
otras las quince juntas y otras de a seis y de a nueve.

El cantar predilecto de los griegos, y con creces,
pues con ellos más tiempo no hay verso alguno que lleve.

Y así es que yo lo honro. Juzguen los líricos jueces,
que son Febo y sus musas, con rigor, como se debe.






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