In Gaeam
Maldita seas, tierra, que me niegas
las vistas a ese mar embelesante,
infinito de azul obnubilante
y me dejas, perversa y vil, a ciegas.
A él quisiera verle, que no a ti,
que a ti ya te he admirado muchas veces
y el mar, sus oleajes y sus peces
aún son vista rara para mí.
Gea envidiosa, deja que a Neptuno
pueda observar un rato ni que sea,
que no frecuentemente tiene uno
opción de hacer aquello que desea:
dejarse conquistar sin miedo alguno
por la ancha vastedad de la marea.
Comentarios
Publicar un comentario