Desquite

                                               

Desquite


Por hartazgo me desquito,
no por haber sensatez.
Y porque no sea marchito
mi dolor y pesadez 
los dejaré por escrito
junto con mi estupidez
con tal de darle al futuro
un recuerdo mío puro.

Mas, primero, me presento:
soy un dolido confuso,
soy imbécil irredento,
soy ansioso, soy obtuso,
soy acelerado y lento;
soy la pena que le impuso
esa deidad escondida
a las gentes de mi vida.

Estoy solo acompañado
y me acompaño a mí mismo;
sin saber amar he amado
y Amor me ha echado al abismo,
y en ese hueco asolado
memorizo el catecismo
que me hará un hombre mejor
y sanará este dolor.

Que por mucho que la llama
tras de sí no emita umbría,
y entre sol y sol de dama
equivoque fuego y día
no he de ver, do no hay proclama
algo allende la alegría
pues, si no lo hay, la muerte
de lo que hube habré por suerte.

Hoy, habiendo desoído
esa máxima, me veo
en reflexiones hundido,
y en reflexiones deseo
que, lo que pudo haber sido,
sido hubiera, mas no creo
que haya algún uso en pedir;
debo avanzar y vivir.





Comentarios