A una bruja
¡Cuán fácilmente esconde la verdad
el ángulo por que se la pretenda!
No era la misma chica tras la prenda
esa que vi con tanta claridad
y tomaron mis ojos como ofrenda.
¿Cuál eres, hechicera cambiaspecto,
que un instante eres Venus encarnada
y en otro, tu figura transformada,
eres otra mujer? ¿¡Qué Dios perfecto
permite brujería tan malvada!?
Aun si no he de volver a ver tu cara
ni tu apariencia clara y descubierta
y condenas a mi vista a serle yerta
la vereda que, en verte, prosperara,
mi alma recordará hasta tras de muerta.
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