Dormir sin importar las consecuencias
¡Oh dulces vacaciones y feriados!
Vosotros dais por lo que el mundo quita
—cruel señor que nuestros pies agita
con su voz, como títeres llevados—
Que, más que paz, son gozos anhelados,
momentos en que el "debo de" dormita
y la gloria, en ser líbero, infinita,
invade nuestros cuerpos agotados.
¡Venid, festivos! ¡Que hayan treinta al mes!
¡Que nunca más tengamos que sufrir
y nunca hayamos más de trabajar!
¡Durmamos sin pensar qué habrá después!
¡Que si el mundo se tiene que morir,
que se muera! ¡Y nosotros, a sobar!
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